7. La restauración y caída monárquica. Instauración de la II República francesa.

3rdSep. × ’15

A pesar que la política expansionista francesa domino por más de una década a los países de Europa, finalmente la campaña contra el absolutismo zarista ruso en 1812 y la guerra de independencia española, desgasto sus fuerzas. Después de la gran batalla de Leipzig del 16 al 19 de octubre  de 1813, donde los monárquicos coaligados pudieron poner en el campo de batalla más de medio millón de soldados, el doble de  tropas que Napoleón, derrotando al ejército francés.  El 31 de marzo de 1814 París fué ocupado. El Senado francés, bajo presión, depuso a Napoleón el  3 de abril, el 4 de abril Napoleón abdicó, paso al exilio a la pequeña isla de Elba, a 20 kilómetros de las costas italianas, con el burlón titulo de emperador vitalicio de la isla.

Las monarquías continentales triunfantes pusieron en el  poder a Luis VIII, iniciándose la restauración monárquica. La reacción del pueblo fue  de gran rechazo, lo que permitió el regreso triunfal de Napoleón al poder. Finalmente, en la campaña militar de Bélgica, se realizó la famosa batalla de Waterloo el 18 de junio de 1815, donde el ejército francés fue derrotado, después de lo cual capitulo, apresado y desterrado a la isla Santa Elena, en el Atlántico donde murió  un 5 de mayo de 1821.

Tras la expulsión de Napoleón Bonaparte del poder en 1814,  lo que significo el desplazamiento del poder estatal de la gran burguesía francesa, los aliados monárquicos europeos restauraron en el poder a la monarquía francesa en la figura del Rey  Luis VIII de la Casa de Borbón, quien asumió el trono. Este periodo se denomina la Restauración, caracterizada por una aguda lucha por restaurar los privilegios feudales y el restablecimiento del alto clero de la iglesia católica como poder político en Francia.  Pero los gobiernos de la Restauración de Luis VIII (de 1814 a 1824 y de Carlos X de 1824 a 1830) no pudieron destruir las sólidas realidades surgidas de la revolución.

No pudieron restaurar el absolutismo y tuvieron que aceptar la monarquía constitucional. Tubieron que aceptar la institución representativa de la burguesía y el pueblo del parlamento y el voto censitario. Aceptar la imposibilidad de recuperar sus tierras, ahora en manos de la burguesía. La imposibilidad de recuperar privilegios de servidumbre y la desaparición de los antiguos gremios artesanales feudales, la desaparición de las aduanas y la formación de un único mercado nacional, la libre circulación de personas y mercaderías sin los particularismos feudales señoriales. Aceptar ser una monarquía subsidiada por el estado burgués, que ahora el rey reina pero no gobierna.

La restauración encontró gran resistencia. Entre 1821 y 1823 se sucedieron motines en el ejército impulsados por bonapartistas y carbonarios. La burguesía en conjunto se atrinchero políticamente en el Parlamento, recuperando terreno paulatinamente, ganando cada vez más escaños, frenando y derrotando las ofensivas legales restauracionistas. Es durante el reinado de Carlos X que los monárquicos  enfrentan a una creciente oposición liberal burguesa y popular. La política restauracionista  provocó  a partir de 1827 a 1830 una progresiva crisis económica industrial y agraria. Sucesivas malas cosechas aumentaron el precio de los granos y los alimentos. La competencia internacional provoco una recesión industrial  en las grandes ciudades francesas aumentando la pobreza de los trabajadores.

Como resultado, las elecciones censitarias de 1830 para representantes a la Cámara de Diputados fueron ganadas por el bloque liberal de  la burguesía. Esta nueva mayoría, fuertemente apoyada por la numerosa prensa burguesa liberal, buscaron  cambiar las políticas de Carlos X. Finalmente el bloque liberal presento una moción de censura contra el Rey Carlos X, lo que significaba su derrocamiento y el derrocamiento de la monarquía. El 25 de julio de 1830 el Rey Carlos X decretó  la disolución de la Cámara de Diputados, la restricción de la prensa y nuevas elecciones censitarias con electorado más restringido, votarían solo los más ricos y la monarquía.

La respuesta de la burguesía y el pueblo fue una insurrección victoriosa. El pueblo parisino, donde reaparece la clase obrera después de la última derrota de los sans culottes, sale a las calles con tal ímpetu que rebasan totalmente al ejército realista, protagonizando las tres gloriosas jornadas de París el 27, 28 y 29 de julio. La honda revolucionaria iniciada en París se extendió por Europa afectando a Bélgica, Holanda, Alemania, Italia, Polonia y al imperio Austriaco.  El 30 de julio la Cámara de Diputados, por amplia mayoría  depuso al Rey Carlos X y se claro el trono vacante. Luego de intensa negociaciones,  proclamaron como Rey constitucional  a Luis Felipe I de la casa de Orleáns el “rey de las barricadas” , el “Rey burgués”, el 9 de agosto de 1830. La nueva Constitución precisaba que el rey no tenía procedencia divina, sino que sería electo por los franceses, jefe del ejecutivo y colegislatura con las cámaras. La élite de la gran burguesía pasa a controlar las riendas del poder estatal. De 1830 hasta 1848, la “monarquía de julio” el Rey Luis Felipe I gobernaba para la fracción de la burguesía más poderosa. Pero la combativa clase obrera le pisaba los talones.

Tras la derrota de Napoleón, el Congreso de Viena (de octubre de 1814 a junio de 1815) se inicio un proceso de restauración de las monarquías absolutas en los territorios donde la influencia de la revolución francesa y las campañas napoleónicas habían instaurado estados liberales. El impulso del desarrollo capitalista europeo que impulso la revolución francesa, estaba  a contrapelo de la restauración absolutista. Aún así, lograron controlar y reprimir los la expansión de los sucesivos estallidos revolucionarios de 1820 y 1830,  donde la clase obrera comenzó a desarrollar un movimiento independiente de la burguesía.

El desarrollo del capitalismo industrial europeo acelero el proceso de proletarización de las masas populares y el campesinado, resultado en la aparición del movimiento obrero organizado y con creciente conciencia de clase. El 21 de febrero aparece en Londres el Manifiesto Comunista de Carlos Marx y Federico Engels, encargado por la Liga de Los Comunistas. En Europa convergen crisis de producción agraria, crisis de comercio e industria, especulación, acaparamiento. En Francia, se agudizaba el enfrentamiento de sectores de la burguesía, el proletariado, el campesinado,  contra la gran burguesía en el poder. El 22 de febrero se inician las manifestaciones callejeras de la clase obrera, estudiantes, pequeña burguesía.

El rey decretó el estado de sitio, sacó el ejército,  la artillería y la Guardia Nacional para enfrentar a las masas de manifestantes. El 23 de febrero la Guardia Nacional se suma a la insurrección, ahora el pueblo tiene un ejército miliciano, los choquen armados se suceden con decenas de muertos y heridos. El 24 de febrero se expande la insurrección, se saquean depósitos de alimentos y armas, queman edificios públicos, se levantan más de 1,500 barricadas en todo París. Los insurrectos llegan al Palacio de las Tullerias, el rey Luis Felipe I abdica y huye con su familia a Inglaterra.

Se forma un Gobierno provisional y se elimina la monarquía constitucional  Proclamándose  la II República. El gobierno provisional tiene en minoría un fuerte componente socialista encabezado por Louis Blanc. Se establece el sufragio universal masculino y se convoca a elecciones para formar una Asamblea Nacional. En los dos meses de preparación de las elecciones  se toman medidas políticas y sociales sin precedentes y es llamada la “república social y democrática”.

Las primeras elecciones universales en Francia para la Asamblea Nacional se realizan el 23 de abril de 1848. Pero como sucedió con Tomas Munzer  al tomar el control de la ciudad de Muhlhausen  durante las guerras campesinas en Alemania en 1525, los dirigentes obreros del Gobierno Provisional se encontraron que sus medidas políticas no corresponden al desarrollo económico y social. El voto universal tantas veces reclamado, incorpora una enorme masa de votantes  campesinos católicos conservadores que les dan una amplia mayoría a los representantes monárquicos. Es una aplastante derrota electoral de los republicanos y socialistas. El 15 de junio, la masa de obreros  socialistas trata de disolver la Asamblea Nacional, sin logarlo. Ante las primeras medidas antipopulares de la Asamblea Nacional copada por los monárquicos, el 23 de junio, la clase obrera parisina se insurrecciona  apoyados por la Guardia Nacional. Toman las calles, se levantan barricadas. La Asamblea Nacional declara el estado de sitio y saca el ejército para enfrentar a los insurrectos. Los obreros parisinos, solos, aislados de todas las clases sociales, luchan hasta el 26 de junio y es finalmente derrotado.  Es el fallido primer intento de la clase obrera por conquistar el poder.

Núcleo de Trabajo.

05 de Agosto de 2015.

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